Ataque terrorista sacude Australia: masacre durante festival judío en Bondi Beach

Terror en la playa: un ataque deja decenas de víctimas en pleno festival.

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Sídney, Australia. — Australia vivió este domingo una de las jornadas más trágicas de las últimas décadas luego de un ataque armado durante un festival judío de Hanukkah celebrado en Bondi Beach, una de las zonas más concurridas y emblemáticas de Sídney. El hecho, calificado por las autoridades como ataque terrorista con motivación antisemita, dejó al menos 16 personas fallecidas, incluidos menores, y decenas de heridos.

El ataque ocurrió en horas de la tarde, cuando cientos de personas se encontraban reunidas en el evento conocido como “Chanukah by the Sea”, una celebración pública que cada año convoca a familias, turistas y miembros de la comunidad judía australiana. Lo que inició como una jornada cultural y religiosa terminó en escenas de pánico, caos y violencia extrema.

Cómo se desarrolló el ataque

De acuerdo con reportes oficiales preliminares, dos hombres armados abrieron fuego contra la multitud sin previo aviso. Testigos relatan que se escucharon múltiples detonaciones en rápida sucesión, lo que provocó una estampida de personas intentando huir del lugar, muchas de ellas buscando refugio en comercios, vehículos y zonas cercanas a la playa.

La policía australiana confirmó que las fuerzas de seguridad respondieron de inmediato, iniciándose un intercambio de disparos. Uno de los atacantes fue abatido en el lugar, mientras que el segundo resultó gravemente herido y fue detenido, permaneciendo bajo custodia policial y atención médica.

Durante el operativo, las autoridades también informaron el hallazgo de un vehículo vinculado a los sospechosos, en el que se encontró un posible artefacto explosivo improvisado, el cual fue neutralizado por equipos especializados. Este hallazgo reforzó la hipótesis de que se trató de un ataque planificado y no de un acto aislado.

Víctimas y heridos

Las cifras oficiales continúan en revisión, pero hasta el momento se ha confirmado la muerte de al menos 16 personas, entre ellas niños y adultos, así como más de 30 heridos, varios en estado crítico. Entre los lesionados también figuran agentes policiales que acudieron al lugar para proteger a los asistentes.

Investigación y motivación del ataque

La policía federal australiana y las agencias de inteligencia asumieron la investigación, confirmando que el ataque está siendo tratado como terrorismo doméstico con motivación antisemita. Según las primeras indagaciones, el objetivo habría sido atacar directamente a la comunidad judía durante una celebración religiosa.

Aunque los nombres de los atacantes no han sido revelados oficialmente, las autoridades indicaron que se están analizando antecedentes, posibles vínculos ideológicos y comunicaciones previas, así como cualquier conexión con grupos extremistas.

El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, se dirigió al país en un mensaje televisado, calificando el hecho como “un acto de odio que golpea el corazón de nuestros valores como nación”. Asimismo, aseguró que no habrá tolerancia contra el extremismo, el antisemitismo ni la violencia religiosa.

Medidas de seguridad y estado de alerta

Tras el ataque, se estableció una zona de exclusión en Bondi Beach, con presencia reforzada de policía, unidades tácticas y equipos antiexplosivos. Eventos públicos fueron suspendidos temporalmente en varias ciudades del país, y se incrementó la seguridad en sinagogas, centros comunitarios y espacios religiosos.

Las autoridades pidieron a la población mantener la calma, evitar la difusión de rumores y colaborar con información verificada que pueda ayudar a la investigación.

Reacciones internacionales

La masacre provocó una ola de condenas internacionales. Líderes de distintos países expresaron su solidaridad con Australia y con la comunidad judía, destacando la necesidad de combatir el antisemitismo y el extremismo violento a nivel global.

Organizaciones de derechos humanos y líderes religiosos también se pronunciaron, señalando que el ataque representa una amenaza directa a la convivencia, la libertad religiosa y la seguridad pública.

Un hecho que marca a Australia

Este atentado es considerado uno de los ataques armados más graves en Australia en casi tres décadas, en un país reconocido mundialmente por sus estrictas leyes sobre armas de fuego. El hecho reabre el debate sobre radicalización, seguridad y extremismo, incluso en sociedades tradicionalmente consideradas seguras.

Mientras continúan las investigaciones y se espera la identificación oficial de las víctimas, Australia entra en días de duelo nacional, con vigilias y homenajes previstos en distintas ciudades.

Las autoridades han reiterado que la investigación sigue en curso y que cualquier nueva información será comunicada oficialmente, mientras el país intenta recuperarse de una tragedia que ha conmocionado al mundo

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