En la recta final de diciembre, los mercados internacionales volvieron a moverse entre expectativas, cautela y una sensación generalizada de que 2025 está terminando con más preguntas que respuestas. A pesar de que varias economías muestran señales de resistencia, los inversores siguen analizando cada dato económico, comunicado oficial y movimiento de los bancos centrales para anticipar cómo arrancará el próximo año.
Durante las últimas jornadas, las bolsas globales registraron variaciones moderadas pero constantes, reflejando un ambiente donde nadie quiere tomar riesgos innecesarios, pero tampoco quedarse atrás en posibles oportunidades. Esta semana, los temas que dominaron la agenda fueron claros: tasas de interés, inflación persistente, desaceleración en sectores estratégicos y una mirada puesta en China y Estados Unidos como motores de dirección.
Bancos centrales: entre la prudencia y la presión por ajustar tasas
La atención se centró nuevamente en las decisiones de política monetaria. Aunque varios países han mostrado avances en la reducción de la inflación, los bancos centrales se rehúsan a cantar victoria.
En Estados Unidos, el tono de la Reserva Federal sigue siendo moderado, casi quirúrgico. Sus señales apuntan a que no habrá movimientos bruscos con las tasas, pero tampoco un relajamiento rápido. Los analistas coinciden en que el banco central no quiere repetir errores del pasado: si baja demasiado pronto podría despertar la inflación; si se demora, podría frenar más de la cuenta sectores sensibles como el inmobiliario y el consumo.
En Europa, el Banco Central Europeo enfrenta un dilema similar. La región muestra un crecimiento lento, con países como Alemania todavía tratando de recuperar dinamismo industrial. Aun así, el BCE mantiene su postura cautelosa, consciente de que un paso en falso podría tensar aún más las economías más vulnerables del continente.
Aunque la inflación global está lejos de los niveles críticos que se vivieron hace pocos años, sigue siendo un reto. En la mayoría de las economías avanzadas, los precios continúan retrocediendo, pero a un ritmo más lento del esperado.
Los sectores que más presionan actualmente son energía, alimentos procesados y transporte. Para los consumidores, esto significa que aunque se ha visto cierto alivio en algunos productos, la cesta general aún se siente pesada. Y para los mercados, es una señal clara de que la batalla contra la inflación todavía no ha terminado.
Estados Unidos y China: señales mixtas desde los dos gigantes
Como ocurre casi todos los meses, el comportamiento de Estados Unidos y China volvió a marcar el ánimo global.
Estados Unidos: demanda resiliente, pero cautela en inversiones
El mercado laboral estadounidense continúa mostrando estabilidad, un factor que ha sorprendido incluso a los analistas más optimistas. Sin embargo, los sectores manufactureros están mostrando desgaste. Varias compañías recortaron proyecciones para el primer trimestre del próximo año, alegando costos elevados, inventarios lentos y presión competitiva.
A pesar de eso, el consumo interno sigue siendo el motor principal. Las ventas de temporada superaron expectativas, pero los economistas advierten que este impulso no garantiza un 2026 igual de fuerte.
China: crecimiento a media marcha y preocupación por bienes raíces
En China, las señales también fueron mixtas. Por un lado, el consumo interno creció ligeramente, impulsado por campañas de descuentos y recuperación en turismo local. Por otro lado, la industria sigue luchando por estabilizarse y el sector inmobiliario continúa siendo un punto débil, con varias ciudades reportando ventas inferiores a lo previsto.
La incertidumbre en China genera ondas expansivas: afecta precios de materias primas, cadenas de suministro y expectativas de demanda global para el año entrante.
Las bolsas cerraron la semana con comportamientos variados. En Wall Street se vieron ligeros avances, mientras que en Europa predominó la estabilidad. En Asia, los índices estuvieron más volátiles, reflejando la sensibilidad ante las noticias de China.
Los inversionistas se refugiaron en activos tradicionales de seguridad como bonos del Tesoro y algunos metales. El oro, especialmente, registró un pequeño repunte, típico en periodos de incertidumbre prolongada.
Las criptomonedas también tuvieron una semana movida. Aunque no protagonizaron grandes saltos, se mantuvieron firmes, demostrando que siguen siendo una alternativa atractiva para perfiles de riesgo medio-alto.
Costos logísticos más estables. una buena noticia para empresas y consumidores es que los costos de transporte internacional se mantienen estables. Después de varios meses de tensiones en rutas marítimas, finalmente los precios de contenedores y logística han dejado de subir.
Esto ayuda a mitigar algunos efectos de la inflación y le da aire a sectores que dependen de importaciones constantes, como tecnología, moda y artículos del hogar.
¿Qué esperan los mercados para las próximas semanas?
Los expertos coinciden en que el cierre del año será tranquilo en apariencia, pero cargado de análisis detrás de cámaras. Las claves para los inversionistas en las próximas semanas serán:
- Próximos datos de inflación en EE. UU. y Europa.
- Comunicados oficiales de los bancos centrales.
- Proyecciones económicas de China.
- Resultados preliminares de ventas navideñas.
- Evolución del precio del petróleo.
En otras palabras, el mercado financiero está terminando el año como lo empezó: con cautela, pero preparado para reaccionar ante cualquier sorpresa económica.
